La principal amenaza al libro tradicional en papel no son los libros electrónicos ni sus correspondientes lectores (eReaders), sino la falta de innovación de este como formato. Si te pones a pensar el libro ha cambiado muy poco y las mejoras en calidad han venido mayormente desde el lado de la producción ( papel, tintas, impresión etc) pero apenas nada ha "mejorado" para el lector. Puede que esta sea la razón de la caída de los hábitos de lectura en los más jóvenes (y no digamos nada de los nativos digitales)
Aunque parezca difícil innovar con el papel, aquí tenéis un ejemplo de como se puede utilizar la imaginación y ser realista con respecto a lo que las nuevas generaciones consumen y que objetos forman parte de su universo cotidiano, información que me llega a través de AdLab
Mobile Art Lab es una empresa japonesa cuyo objetivo es ir más allá en el consumo de contenidos con el móvil/celular. Pues bien, Mobile Art Lab ofrece en varias librerías japonesas (incluido Amazon Japan) un extraordinario y curioso Phonebook que consiste en una especie de libro tradicional que permite insertar el iPhone/iPod de Apple para usarlo como un libro interactivo infantil (en el vídeo de arriba se ve claramente de que hablo)
El objetivo es juntar padres e hijos entorno a una plataforma híbrida papel/smartphone (o si se prefiere analógica/digital) que reproduce la experiencia de lectura de libro tradicional con las posibilidades del iPhone (que de hecho ya tienen todos los smartphones)
Viendo las imágenes de este PhoneBook con las aventuras de Popo y Momo,que sale por unos 24 euros/ 30 us$, da la impresión que en realidad es una forma de usar el iPhone y que el libro es simplemente un marco, pero precisamente el simbolismo de ese marco es muy importante durante el aprendizaje de la infancia ya que mantiene el libro como referencia de acceso al juego/entretenimiento..
Creo que se pueden hacer múltiples PhoneBooks como este no necesariamente diseñados para el iPhone y que cualquier smartphone con pantalla táctil podría valer si hay alguna editorial que en vez de llorar se pone las pilas para atraer a la generación de los videojuegos en 3D
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