El Black Friday es una de esas actividades sociales genuinamente made in USA y exportadas con éxito a buena parte del mundo, sin que la mayoría sepa (o le importe) por que un viernes de noviembre las tiendas aparentemente se vuelven locas y entran en rebajas
Lo curioso del Black Friday es que más que una jornada de 24 horas se ha convertido en un periodo de rebajas que empieza el Día de Acción de Gracias (en los US) y se prolonga hasta el lunes siguiente o Cybermonday
la normalización tecnológica de este principio de siglo ha cambiado además los hábitos de consumo con dos tendencias fundamentales; cada vez se vende más el mismo día de fiesta (jueves) y cada vez más online y menos en las tiendas convencionales
Este año, en los US, más de 109 millones de personas compraron online mientras que las tiendas físicas atrajeron a 99 millones de clientes, en cualquier caso el cambio notable señalado por los analistas es que las aglomeraciones de años atrás y las colas en las cajas son ya historia
Un cambio de hábito de consumo de esta magnitud no se hace de la noche a la mañana y entre las causas están sin duda la omnipresencia del smartphone como dispositivo personal de acceso, el viraje de las tiendas convencionales (brick) hacia las ventas online y las agresivas rebajas que ha impuesto Amazon a sus competidores
Como dia festivo con profundas raíces religiosas y socioeconómicas (sociedades agrícolas) no se considera socialmente aceptable que alguien despliegue el portatil (laptop) para comprar o hacer webrooming, pero el smartphone si permite conectarse en micromomentos o incluso en los desplazamientos posteriores a la celebración
Fijaos que estas tendencias fueron descritas en los primeros días de la web (mid 90´s) pero han tardado casi 20 años en consolidarse, y sobre todo el catalizador ha sido la iphonización de los móviles (desde el 2007 en adelante) que ha convertido el sofa (coach) en la tienda más grande del mundo
En España, un pais todavia psicológicamente atrapado por la crisis, el mismo jueves 24 muchas tiendas tradicionales ya ofrecían rebajas (con o sin anuncio previo en la etiqueta del precio), uniéndose a la corriente general de abaratamiento de productos que necesariamente reducen el margen de beneficio, lo que a la medio plazo solo puede conducir a reinventar el modelo de negocio de las tiendas de toda la vida
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