autor:francisco vacas
Los libros electrónicos fueron durante años una de las promesas incumplidas de la revolución digital, la persistencia del libro de papel fue defendida por bibliotecarios, libreros, editores (que tenian miedo a un mercado desconocido) y problablemente por los Estados (que siguieron subvencionando numerosos libros) y finalmente tranquilamente aceptado como status quo por los ávidos lectores...
Como sabeés esa foto fija se empezó a mover (algo) cuando Amazon lanzó el Kindle en nov del 2007 y definitivamente cuando Apple lanzo este año su tablet iPad con la app iBooks (que convertia a iTunes en tienda de libros y al iPad en eReader con pantalla LED)
La prueba de que esta vez el eBook es más realidad que deseo de geeks, es que la consultora Forrester , según indica thenextweb, ha calculado que este año 2010 este mercado (solo en los US) va a mover 500 millones US$ . De hecho el mercado norteamericano este año va a vender 50 millones de ebooks a un precio medio (average) de 10 $ (7 euros)
Un dato revelador es que los que poseen ya un lector digital de libros son más proclives a comprar más libros que los que no (segun Reuters UK) lo que significa que la no posesión del aparato actúa como barrera de entrada para comprar libros o leer más si se prefiere. Los datos al respecto son contundentes: uno de cada 5 usuarios de ebook compran 21 libros o más al año!mientras que los más ávidos compradores tradicionales en papel no pasan de 12 libros/compras al año
A las ventajas inherente a todo contenido digital se suma el hecho incontestable de que los ebooks son más baratos (un 50% menos) que los de papel y por tanto es solo cuestión de (poco) tiempo que los que más compran se pasen definitivamente a los bits y dejen los caros átomos para obras-fetiche que quieran almacenar en su casa
Como comentaba con la editora de La crujia esta semana hay que aceptar que los eBooks son una realidad y abaratar los libros-papel con modelos de gratuitad como por ejemplo los libros patrocinados en la edición o con publicidad insertada (no intrusiva ni molesta en la lectura) y meterse en la cabeza que al igual que durante años hemos visto programas de TV serios con publciidad y que esta no devaluaba el valor de aquellos lo mismo pasará con la publicidad en los libros
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