Disney, el ultimo gran imperio global del entretenimiento familiar, compró la semana pasada la productora Lucasfilm junto a la empresa de efectos especiales "Industrial Light&magic" ambas propiedad del legendario director de la saga Star Wars (la guerra de las galaxias)
En una primera lectura me parece normal que una estrella como Lucas, que ya tiene 68 años, este pensando en retirarse y ceder el control de sus empresas y por otra parte, esta adquisición sigue la estrategia que inicio Disney con la compra de grandes franquicias como Marvel (2009) y estudios como Pixar (2006)
De hecho creo que George Lucas es el Walt Disney de la ciencia ficción, el único que ha logrado reunir en una sala de cine o en una pantalla doméstica a toda la familia para ver aventuras medievales (caballeros y princesas) con personajes del futuro. Por eso hay cierta coherencia cultural en esta compra ya que los personajes de Star Wars se convirtieron en los Donald, Pluto y Mickey Mouse de las últimas 3 décadas
A la vez, Disney sabe que cada vez va menos gente al cine (el año pasado en el mercado norteamericano se vendieron un 4% menos de entradas, siguiendo una tendencia a la baja que se remonta al 2002) y cada vez se venden menos DVD y eso le obliga a concentrarse en menos producciones al año y apostar más por la animación que por las películas de acción real, ya que los resultados de estas ultimas son más imprevisibles,
Star Wars, una de pocas franquicias familiares que Disney no poseia (aun queda Dream Works la productora de Spielberg), es todavía una poderosa maquina de hacer dinero (money maker) sobre todo a través de la venta de juguetes (1 de cada 4 dolares de los que ingresa Lucasfim son por la venta de muñecos de los personajes de la saga) algo que Disney sabe explotar muy bien a través de sus tiendas propias y sus parques temáticos
Como veis, detrás de estas tendencias de hábitos de consumo y empresariales se encuentra en gran medida el avance tecnológico al menos en dos sentidos: por una parte la popularización de Internet (2400 millones de personas en el mundo) y la transformación de las productoras cinematográficas en estudios de animación destinados a las 4 pantallas donde el cine es quizá ya la menos importante
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