Monday, February 06, 2023

¿Todo va al delivery? : restaurantes como máquinas de vending

La etapa álgida de la pandemia Covid (2020-2022) trajo algunos cambios en los hábitos de consumo, de los cuales solo un puñado se convirtieron en tendencia después del relajamiento de las restricciones en Occidente y uno de ellos ha sido la comida para llevar (takeout)

Nuevamente y como casi siempre ocurre con (casi) todo lo nuevo, la formula de ordenar con antelación una comida y llevarla para consumir fuera del restaurante que la produce no es precisamente una novedad, pero lógicamente se convirtió en la forma preferente de compra durante esa época de la sospecha donde cualquiera cercano a ti podía ser portador del virus

En los US, el país pionero de la comida para llevar desde mediados del siglo pasado, el 85% de las ventas de las cadenas de fast food son pedidos para llevar, un dato algo menor que el que se produjo durante los años duros de la pandemia (que llego al 90%!), pero casi 10 puntos porcentuales más que en el periodo justo antes 

En el resto de los restaurantes la comida para llevar supone el 33% de las ventas, el doble que antes de empezar la pandemia. Lo que significa que la mayor parte de sus ventas son todavía de clientes que se sientan y piden en su local, pero también implica que YA NO hay restaurante alguno que pueda sobrevivir sin atender al publico del take away (me lo llevo) 

Para (casi) cualquier restaurante es más rentable que el cliente se lo lleve el mismo y sobre todo lo pida con anticipación por que así no necesita locales más grandes y puede dedicar más personal (staff) a elaborar comida o sea su negocio principal (core business

Aunque hay un fuerte componente cultural respecto a la comida como ritual en Europa, la transformación de los restaurantes en maquinas de vending gigantes parece una tendencia global que va a marcar una divisoria entre los restaurantes que generan un club sociocultural (degustaciones) y los que simplemente son fabricas de comida y por tanto, su objetivo es dar más con el mínimo coste posible  

Incluso Starbucks el negocio convertido en cafetería del mundo, un sitio donde muchos trabajan y crean comunidad reconoce que el 72% de sus ventas son para llevar , lo que esta teniendo ya dos consecuencias: el cuello de botella de la espera para la entrega del café y la progresiva apertura de cafeterías  (más de 400 sólo en los US) que son exclusivamente para llevar (no hay espacio para consumir) 

Desde este sur de Europa donde vivo es algo difícil entender que prisa tienen muchos por comer rápido y en cualquier sitio una vez desparecido o al menos mermado el peligro de contagio mortal, aunque entiendo que es parte del multitasking relativamente moderno que considera que comer solamente es una perdida de tiempo si se puede simultanear con otras tareas productivas 

Con todo, la tendencia más clara que veo a medio plazo está en el precio final: un nicho de restaurantes con precios y márgenes altos donde se prima que el cliente pase más tiempo en el local  y consuma productos que difícilmente puede encontrar en otro sitio y el resto cada vez más acercándose al concepto fast food (se hace rápidamente y se consume igual, pero fuera de mi local)  


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