Ahora que Apple se decidió a entrar en el mercado de la música en streaming re-aparecieron los problemas relativos a los royalties que cobran los musicos por cada reproducción y sobre todo, por el control comercial que tienen los artistas por su música
El mes pasado, justo antes del lanzamiento de Apple Music, la neo-mega-estrella Taylor Swift abria un ritual posmoderno de queja/amor hacia Apple negandose a permitir que su album 1989 estuviera disponible en el servicio de Apple por la decisión de esta de no pagar a los artistas derechos de reproducción durante el periodo inicial de 3 meses gratis
Ahora es Prince (no se,si se sigue llamando el antiguo artista llamado Prince) el que retira su catalogo de la mayoria de las plataformas en streaming, como Apple music y Spotify, y permitiendo solo que se oigan sus antiguos exitos en Tidal, Pandora y Songza
Aunque en el caso de la Swift hubo una reacción inmediata de Apple, via el mismisimo SVP Eddy Cue (publicó un tweet un domingo por la noche), rectificando a favor del pago a los artistas en los 90 dias gratis del servicio, de hecho el problema general de la música en streaming no es el revenue share (cuanto se lleva cada player de la cadena de valor de la industria) sino algo mucho más transcendental
La musica es un concepto generico que se refiere a una rama de la creación humana, pero la música como oferta esta estrechamente ligada a cada artista, y ahi es donde reside el problema de los artistas pop con el streaming
Cuando un servicio de streaming junta toda la oferta musical posible ( de hecho mucho más que lo que puede escuchar una persona activa a lo largo de su vida) lo que hace es convertir a toda la musica en producto y a cada composición en commodity
Taylor Swift y Prince saben por tanto que se esta jugando en esta etapa: la amenaza de volverse anónimos o simplemente proveedores de contenido de un puzzle gigantesco que no valora la obra individual sino la cantidad de oferta disponible (cuanto más mejor)
El problema es que esto no tiene solución alguna por que el consumo ritualizado/segmentado de la era de los vinilos is dead and gone ( la vuelta del vinilo es mero revival como los rallies de coches antiguos) y por eso, Taylor Swift o Prince ..etc pueden hacer plantes simbolicos pero ....me temo que la abundancia digital es un tsunami devaluador inmisericorde con las joyas pop de 3 minutos perdidas en un mar de musica 24/7
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