Para todos los que forman parte de esa cohorte global de baby boomers y GenX, en definitiva los que eran más o menos jóvenes o adolescentes en los 70s, el precio del petroleo al alza ha sido uno de los factores que más han determinado como vivimos y cuanto ganamos
Que el carburante que echamos al coche o la calefacción subiera progresivamente ha sido parte de una rutina cultural aceptada desde 1973. cuando la OPEC decidió hacer valer su poder monopolistico y subir abruptamente los precios del barril que habían permanecido estables desde el final de la segunda guerra mundial
Pero el lunes de esta semana vimos otro hito man on the moon cuando por primera vez en la historia el precio del barril se hundió hasta precios negativos (-37.6 dolares), lo que literalmente quiere decir que te pagaban por que te lo llevases, ante la evidencia de que es más costoso almacenarlo
En términos reales, de dinero contante y sonante, esto significa que el petroleo está más barato ahora que en 1870, o sea es el fin de un periodo de 150 años, que amenaza con llevarse por delante a las compañías petroleras y de paso la larga cadena de empresas que conforman este sector (gasolineras, refinerias, transporte maritimo, constructores de oleoductos etc )
Tras casi 5 décadas tratando de imaginar como hacer menos dependientes nuestras economiás occidentales del petroleo, ahora la parálisis derivada de esta pandemia, ha logrado sin anestesia (o sea con dolor) que el consumo caiga a mínimos históricos, al paralizarse casi completamente el consumo en el transporte que es el sector que más carburantes consume (en US el 69%)
Podemos razonar que en efecto una vuelta progresiva al trabajo aumentará la demanda de carburantes y el precio pero hay dos factores clave:
nadie puede garantizar que el consumo será igual que el de antes de la pandemia , ya que muchas empresas trabajaran online en las eficientes nubes de los grandes (Google, Amazon, Microsoft) y segundo, tampoco podemos jurar que las petroleras puedan aguantar económicamente este colapso de la demanda
Aunque NO soy un experto en transiciones energéticas, si puedo decir algo que tiene sentido común: que estos cambios deben siempre producirse en periodos suficientemente largos como para que el mercado (en definitiva todos nosotros) se adapte, sino el adios a la dependencia del petroleo y sus externalidades negativas (contaminación) será más maldición que bendicion
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