Siempre nos preguntamos (sobre todo en tecnologia) cuanto tardará en cuajar un hábito social o cuando explotará una nueva tendencia. Bueno pues en esta etapa ya tenemos algunas respuestas:
El largo mes que muchos de nosotros, en muchos y distintos lugares, llevamos confinados en casa ha creado ya sus propios hábitos de consumo tecnológico como las (vamos a llamarlas asi) nuevas app´s sociales espontáneas
En este nuevo (e inesperado) nicho de mercado encontramos app´s como ClubHouse, Houseparty, Discord o Bunch, todas ellas con una característica común:
el gancho es que cualquiera se puede unir y entrar en una conversación ya en marcha sin previa invitación ni demasiadas reglas de etiqueta
En realidad técnicamente NO añaden nada a todo el arsenal de app´s sociales que ya teníamos, pero han sabido aprovechar este momento (quizá irrepetible) en el que todo el mundo está en casa con interminables tareas colaborativas y programadas para recuperar el olvidado valor añadido de lo espontaneo
Esto vuelve a demostrar que en tecnología NO es necesario usar lo último o lo más novedoso para apuntarse un tanto en el mercado, sino saber leer/entender el momento para lanzar la tecnología adecuada
En efecto los chats multitudinarios y espontáneos se remontan al menos a 1992 (en España) cuando una filial de Telefonica lanzo Party-Line como parte del por entonces novedoso mercado de la tarificación adicional (los famosos 903) y que puedo afirmar que marcaron el sesgo cultural de los teenagers de aquella ultima época pre-Internet
La intuición de estas spontaneous social app es que los Zoom, Teams, etc han saturado a las obligados teletrabajadores con encuentros programados sin margen alguno a eso, a las espontaneidad de hablar, sin más objetivo que saltarse virtualmente el confinamiento mental de tener todo agendado
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