Los US fueron durante la segunda mitad del siglo XX el gran mercado de la TV, aquel que marcaba tendencia al resto del mundo y sobre todo aquel que producía los programas favoritos del resto del mundo (con notables pero escasas excepciones)
Pero en estas dos primeras décadas de siglo la foto fija de este mercado empezó a cambiar por múltiples factores siendo sin duda el más destacable el auge de Netflix convertido en paradigma de lo que una empresa de video debería ser en este siglo, pero también por factores sociológicos como el cambio en la composición familiar de los hogares y sin duda tecnológicos, como el despliegue de la banda ancha a lo largo de los 9,8 millones de km2 que forman los US
La aparición de los OTT (las empresas que usan Internet para emitir) provocó eso que llamamos cordcutting (literalmente cortar el cable) por los precios mucho más baratos y por una selección de la oferta que comenzaba a incluir series y filmes de producción propia pero atractivos
La incógnita apenas 5 años atrás era si el cordcutting aterrizaría en un suelo rentable o en otras palabras si los OTT con Netflix a la cabeza tendrían techo. Pues bien, los analistas hace ya un par de años hablan de declive estructural del cable en los US, fundamentalmente por el mayor valor que le asignan a cada cliente de la banda ancha frente a uno del cable (6 veces más)
En los US al final de este 2021 habrá 83 millones de hogares con TV de pago, o sea el 75% del total de hogares en los US, un porcentaje alto pero preocupante si se tiene en cuenta que en 2015 había +98 millones de hogares con cable de un total de 118 millones
Estos datos del cambio en la estructura del mercado de la TV en los US afectan al resto del mundo por que la nueva y necesaria estrategia de los estudios de producción es hacerse cuanto más grandes mejor, ya que el riesgo solo se puede mitigar de dos modos: o te haces enorme o distribuyes tus contenidos a muchos
El panorama empresarial como veis aparentemente esta claro los próximos años (más OTT menos Pay TV) pero desde la perspectiva de los consumidores hay muchas incógnitas ¿al final será lo mismo un SVOD que una cadena de TV de pago? ¿los precios se igualaran a medio plazo? ¿los deportes en vivo serán otra oferta más de los OTT o el último bastión de la TV tradicional? ¿todo el espectro radioelectrico que ocupan ahora las TV (de pago y abierto) terminara en manos de los operadores de telefonía móvil? (5G, 6G, y etc)?
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