En la Antígona de Sofocles (5 siglos antes de Cristo) hay una escena entre el rey de Tebas Creonte y uno de sus guardianes que le anuncia que uno de los hermanos de Antigona ha sido enterrado bajo tierra contradiciendo las ordenes del propio rey ....el mensajero consciente del papelón que supone este mensaje le recuerda a Creonte: no hay quien quiera a un mensajero que trae malas noticias
Reformulada como matar al mensajero esta falacia ha sobrevivido 25 siglos y ha llegado intacta hasta nuestros días al responsabilizar a las (antiguas) redes sociales de todos los males relacionados con la desinformación desde las vacunas anti-Covid hasta la elección de un candidato ilógico para una cierta élite opinante
Para muestra, esta reciente entrevista con Andrew Bosworth uno de los veteranos de Meta (la ex-Facebook) y responsable de la división de hardware que nos recuerda que la desinformación NO es responsabilidad de Facebook sino que es un problema social mucho más grave y profundo
En efecto alguien enfrentado a la lectura de una chorrada sin sentido y una noticia con todos los visos de estar contrastada y por tanto ser verídica debería optar por ésta última, sin embargo NO siempre es así, ya que NO existe nada parecido a una lógica informativa de la mejor opción
Para Bosworth hay un problema con la demanda no con la oferta: o sea, hay gente que quiere esos caramelos envenenados y por eso es extremadamente difícil, al menos en una democracia, censurar algo y obligarle a leer la verdad
No fui, no soy fan de Facebook (sinceramente no me gustó nunca su propuesta de muro personal expuesto), pero la critica generalizada contra las redes sociales es de una hipocresía lacerante, ya que es más fácil multar al mensajero que reflexionar por que después de 2 siglos de medios masivos y agencias de información gubernamentales la desinformación es un problema tan grave en vez de una consecuencia del propio sistema de información
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