Cuando llevas escribiendo, leyendo y estudiante muchos años una de las cosas que saltan sin necesidad de ser descubiertas con pericia es la interconexión de todos los fenómenos . Por eso los análisis sobre el impacto de una nueva tecnología o un nuevo modelo económico suelen ser tan poco consistentes a la hora de explicar porque ocurren las cosas (y más evidente aún en predecir como seguimos)
Ayer el Papa Francisco hizo una de estas declaraciones que a la larga harán cambiar muchas cosas y no solo de los católicos (que representan un 17% de la población mundial ) sino de (casi) todos.
El líder de la comunidad católica mundial dijo ayer algo que puede sonar asumido o simple, pero analizándolo bien no lo es en absoluto: las homilías que leen los sacerdotes en las misas no deben durar más de 8 minutos y deben transmitir una imagen, un pensamiento, un sentimiento.
El Papa advierte que en efecto la gente se duerme y se pierde la atención debida cuando las homilías son demasiado largas
La brevedad y transmitir la esencia con un número limitado de recursos didácticos es la esencia (zeitgeist) de la cultura contemporánea que precede a los formatos que descubrimos en Internet y que popularizo aquellos mensajes musicalizados de las canciones pop de 3 minutos de duración (the times they´ are a- changin)
No, TikTok no inventó los formatos cortos, aunque indudablemente siempre supo que el consumo troceado era el principio fundamental de una base fiel de usuarios .
La tendencia a la reducción que persigue asegurar que al menos el receptor se traga la píldora deseada no es una moda cultural, por que esta relacionada con la eclosión de información, entretenimiento y formación que apuntaron los medios del siglo XX y que Internet y las computadoras portátiles que llamamos móviles llevaron a un nivel inédito en la historia (sin exageraciones)
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