Silicon Valley pasará a la historia como uno de los clusters narrativos más importantes de la historia contemporánea o al menos de este quinto subperiodo que llamamos Revolución de las Tecnologías de la Comunicación (ICT)
Las metáforas generadas en el Silicon se expanden más rápido y más lejos que las tecnologías que producen, lo que con toda seguridad allanó el camino para que posteriormente muchas empresas que supieron leer el cambio de mentalidad de muchas personas, instituciones y empresas, vendieran sus productos bajo el dilema veladamente formulado de ahora o nunca o esta tecnología es todo
Con la actual IA-AI pasa lo mismo, decididamente para los desarrolladores de sistemas AI esta es demasiado importante para estar ausente o no integrarla en los procesos empresariales, pero pese a este optimismo determinista las empresas grandes y pequeñas se están tomando su tiempo (recordad que hay tiempo real y que los ingresos se rigen por esta medida no por el tech time)
OpenAI la empresa estandarte (realmente no se si líder) de esta ultima ola tech de la IA es un buen caso de estudio para analizar las paradojas de este brecha cultural entre la tecnología que es demasiado importante y lo que las empresas consideran que es útil para su negocio principal (core business)
Que OpenAI llegue a un acuerdo con PWC, una de las grandes consultoras, para que 100.000 de sus empleados utilicen la versión empresarial (y de pago claro) de su ChatGPT y actúen como agentes de venta para sus propios clientes nos indica al menos que el producto NO se vende solo, aunque su versión empresarial tenga 600.000 usuarios, según la propia OpenAI
Sabemos que más o menos ChatGPT tiene 180 millones de usuarios en el mundo, pero también algunas fuentes dicen que la mitad de los usuarios lo usan una vez y no vuelven, lo que es coherente con la visión de que la existencia y pertinencia de la IA ha llegado a muchos pero muchos también lo encuentran todavía curioso pero poco útil para su actividad o al menos para abandonar definitivamente las poderosas herramientas que tenemos y con eso me refiero fundamentalmente a Google que hace años que es más oráculo que buscador web
¿Estaremos cayendo otra vez en la Ley de Amara? es decir ¿sobrestimamos a corto y subestimamos a largo las nuevas tecnologías como la IA generativa ?
Presiento que hay mucho o algo de esto, pero también que la verdadera carrera a la que estamos asistiendo no es por la AGI sino por ver quien coloca más productos empaquetados en el mercado antes de que la IA se vuelva (casi) definitivamente una mercancía (commodity) que cualquiera desarrolla en su empresa o lo integra en sus productos como una característica más que los clientes dan por descontado
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