Estos intensos 20 meses desde que apareció ChatGPT nos han enseñado ya unas cuantas cosas casi todas ellas a tener en cuenta por el progresivo impacto que está teniendo en esas actividades que se suelen auto-definir como creativas
A la espera de que aparezca algún tipo de cine (una palabra en desuso) asistido por IA, el primer y más notable impacto se produjo y se produce en el mercado de los escritores, sobre todo en los escriben artículos promocionales o contenidos para blogs y webs que o bien loan o explican un producto determinado (copywriters)
Al respecto, la BBC tiene un más que provechoso articulo que me ha ayudado a entender mejor la diversificación del impacto de estos bots de IA que procesan el lenguaje generando sucesiones de palabras y frases estadísticamente lógicas pero con flecos laterales que delatan que (todavía) no conocen el contexto
La facilidad de uso de los bots como el citado ChatGPT se coló en la actividad de muchas empresas de esta escritura persuasiva que llamamos copywriting en dos fases y al contrario de lo que se suele contar suele ser top-down , o sea que los clientes que te encargan el trabajo fueron los primeros que se dieron cuenta que la IA puede abaratar costes:
en el anónimo caso de una pyme de editores y escritores esta evolución hacia la IA como socio-herramienta fue más acelerada que progresiva: un día los clientes mandaron el titular del articulo a escribir junto a un pequeño esquema de como tenia que ser el articulo e inmediatamente después empezaron a mandar el texto completo lo que transformo la actividad de escritores a editores
Como (casi) cualquiera puede comprender lo que se paga por escribir no es lo mismo que se paga por editar estilísticamente un texto (aproximadamente la mitad), lo que se tradujo en una reducción del numero de personas que se pueden emplear en esta actividad
Sin dejarse atrapar en la trampa o bucle intelectual que nos sitúa en una postura a favor o (casi) radicalmente en contra de la automatización de tareas en este caso por la IA, lo cierto es que las cosas están siendo complejas, diversas pero previsibles si miramos evoluciones tecnológicas anteriores:
para un puñado de escritores profesionales la IA es una ayuda y en ocasiones un socio creativo cuando están mentalmente bloqueados, pero para otra mayoría no silenciosa situada en esa peligrosa media de no destacar pero no ser malos, la IA significa descender en la cadena de valor, convirtiéndoles en editores de toque humano (human touch) de los excesivamente barrocos textos que ensamblan (esa es la palabra!) los actuales modelos de IA
Tal como era previsible algunos escritores están empezando a cobrar mas a las empresas que específicamente señalan en el contrato que no quieren escritura generada por IA, ya sea por el tenor a ser penalizado por las nuevas políticas de Google o por que directamente quieren un texto escrito por alguien que personalmente ha pasado por la experiencia del uso del producto, algo que de momento no podemos hacer con ningún sistema IA
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