El cine, tal como hasta bien poco lo conocíamos, es uno de los sectores que más ha sufrido a lo largo de los últimos 70 años la competencia inesperada de sectores nuevos, muchos de ellos basados en tecnologías también nuevas
Desde la popularización de la TV en los años 50´s, hasta el video doméstico en los 70´s (¿alguien se acuerda del VHS?), la aparición de los videojuegos como medio de ocio generacional y finalmente, el cambio de forma de consumo hacia el streaming (el cine en sofa con más catalogo)
Sin embargo, que duda cabe que sigue siendo una referencia cultural y un sector relevante dentro de ese difuso sector de la industria del entretenimiento (industria cultural le llaman en Europa) donde se mezcla desde los parques temáticos hasta el shopping
Pero, las referencias culturales son más perezosas a la hora de asumir los cambios de ciclo que los ranking de ingresos y en la actualidad la música genera más ingresos que el cine en sala, convirtiéndose en el segundo gran sub-sector de la industria del ocio
Con los últimos datos disponibles en el 2023 el copyright generado por la industria musical alcanzó los 45.000 millones de dolares, un 33% más que la taquilla mundial de cine (box office) , un dato que demuestra hasta que punto se ha producido un cambio cultural y como el tremendo shock del COVID está teniendo una recuperación mucho más lenta de lo que se esperaba
El nuevo ranking de la industria del entretenimiento en el mundo queda así (de momento) :
en primer lugar una industria de los videojuegos que genera 184.000 millones US$ , con más del 37% de la población mundial siendo jugadores; en segundo lugar, una industria musical con los citados 45.000 millones US$; en tercer lugar, la industria editorial que genera unos 42.000 millones y finalmente la taquilla del cine con 33.000 millones (lo que excluye los ingresos por streaming un subsector que en el 2023 ya se acercaba a los 100.000 millones US$)
La música sobrevivió al shock de la sustitución del soporte físico al consumo en streaming, por lo tanto de producto a servicio, y ha logrado con esfuerzo que 500 millones de personas en todo el mundo paguen por abonarse a una plataforma, algo que parecía realmente poco probable a principios de este siglo cuando se tardaba menos compartiendo entre colegas que pagando por la música grabada
Otra cuestión es si la super abundancia de canciones disponibles ha sido proporcional al grado de innovación del sector, un análisis para el que todavía nos hace falta tiempo
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