El entusiasmo digital es una de las características que arrastramos desde principios de este siglo, tras algún conato predecible de escepticismo sobre lo que lo que las primeras computadoras conectadas a Internet podrían llegar a hacer, traer y transformar (digital transformation)
Realmente es difícil permanecer con la cabeza fría y emitir un juicio o una hipótesis racional sobre la verdadera dimensión del cambio cuando la tendencia no se si mayoritaria pero si predominante es la vida digital o el todo digital y algunos etcéteras, pero mira por donde empiezan a aparecer algunos datos, como el porcentaje de ventas online en los US, que si bien no desmienten la tendencia si cuestionan aquello de que toda tienda fisica iba a desparecer o convertirse en un mero escaparate (showroom)
Las ventas a través de ecommerce en los US están ya a niveles pre-pandemia (por debajo del 13% del total de ventas) tras el (lógico y esperado) surgimiento de las compra online (hasta el 15,7%) en los meses más duros de la pandemia en 2020
Pero, esto no significa ni que vayamos a volver a unos hábitos pre-1995 ni tampoco que las tiendas convencionales no se hayan transformado en otra cosa
En efecto siempre pensé, y así lo escribí en mi ultimo libro, que la verdadera transformación del ecommerce es haber cambiando el proceso de compra, incluso cuando se hace presencialmente. por eso el concepto de omnichannel me parece lo más cercano y sensato para describir el futuro-presente de todo el comercio, es decir integrar todos los puntos de venta, sin establecer a priori una jerarquía de cual es el más importante dejando que sea el cliente el que escoja cual es el recorrido y no al revés
La caída de ventas del ecommerce en los US que estamos viendo en el primer trimestre de este año, esta también arrastrando a la baja sus valoraciones bursátiles, algo que es también lógico pero que tampoco permite sentenciar que las predicciones sobre las empresas de ecommerce eran una exageración (hype)
Hay pocos cambios de hábitos sociales que NO sean pendulares (van y vienen) y los 200 años de centros comerciales en los US y ese resto del mundo que cada vez marca más la pauta global, crearon una cultura mucho más resistente a los cambios (click & order) de lo que algunos pensaban
El ecommerce nunca encontró (al menos hasta ahora) un equivalente al concepto de ir de shopping, o sea una actividad de ocio, ya que navegar entre pantallas no es ni de lejos una experiencia igual que ir de tienda en tienda, donde el descubrimiento aleatorio es parte esencial del goce de la compra
La conclusión, siempre momentánea, es que 27 años después seguimos sin conocer el verdadero techo del ecommerce con respecto al total del comercio, ni siquiera cual sería su nivel ideal (¿hay punto de equilibrio?), aunque la sucesión de cambios en la cadena de valor con entregas a domicilio que ya bajan de la hora podrían alterar algunos hábitos como la compra de productos frescos (groceries)
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