Bueno pues parece que Netflix vas a afrontar su primer escenario adverso en más de una década, una especie de stress test pero esta vez real no simulado que puede y va a tener consecuencias en toda la industria del ocio, ya que muchos grupos de este sector han adoptado este extraño eslogan de streaming first
¿El disparador? pues que Netflix acaba de perder 200.000 suscriptores en el primer trimestre de este año, algo que no debería ser alarmante para una compañía con 222 millones de abonados, pero que si enfatiza el pre-panico por que sus estimaciones es que iba a ganar 2 millones de suscriptores en estos 3 meses pasados
Nunca he sido muy partidario de creer que la salud y sobre todo expectativas de una empresa se reflejan fundamentalmente en su cotización bursátil, pero la acción del coloso del streaming cayó ayer un 35% , situando el precio de la acción en un nivel de enero del 2018
Perder suscriptores con toda esta incertidumbre global (inflación en los US!!!, guerra en Europa, pandemia tras dos años, caída del PIB chino) debería ser aceptado como un suceso normal por los inversores en una empresa de servicios por suscripción, pero NO lo ha sido y ahí es donde nace mi preocupación
Algunos más ahora se están dando cuenta de una verdad revelada y otra no tanto: que no hay crecimiento infinito en ningún mercado (y menos en el ocio!) y segundo que la volatilidad del streaming es una característica de este mercado y no algo puntual, como señaló acertadamente una consultora del sector
La prueba de que esto no se lo esperaba casi nadie en Netflix es que es la primera vez que anuncian un freno del gasto en general pero en particular de sus producciones originales, la joya intocable hasta ahora de la cultura Netflix (17.000 m US$ el año pasado)
Hace tiempo además que sabemos que los anuncios en sus videos ya no son tabú y que ya no es objeto de estudio sino que es un proyecto para medio plazo y que los videojuegos van a compartir pantalla con series y films a partir de ahora, en respuesta a las tendencias de ocio que manifiestan las ya no tan jóvenes generaciones suscritas a esta neotelevisión a la carta del siglo XXI
En esencia, Netflix aprovechó el efecto OTT (literalmente sobre la red publica Internet) para posicionarse por encima de los operadores de TV de pago convencionales, que nunca terminaron de ver la que se venia encima, pero al utilizar Internet como soporte también aceptaron intrínsecamente la cultura de la volatilidad de Internet, el picoteo (veo un poco de cada) y el consumo depredador (lo veo y me largo a otro sitio)
Ahora 15 años después de comenzar su etapa streaming quizá Netflix tenga que adoptar un nuevo modelo de negocio más flexible (sin principios intocables) y quizá hibrido (un poco de la tradición de la TV de pago), y sobre todo acabar con la inflación de los costes de las producciones originales, ya que como demostró Squid Game o La casa de Papel, NO es necesario gastar tanto para tener un buen producto de ficción
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