Tras el periodo de vacaciones, esta vez con unas cortas pero merecidas vacaciones low cost, vuelvo a postear empezando este mes con la reciente adquisición de Goodreads por el gigante Amazon
Goodreads es de 2007 una red social de lectores de libros (da igual el soporte) que catalogan, recomiendan y comparten sus lecturas. El matiz es que sus 16 millones de usuarios han descrito y catalogado más de 360 millones de libros estos 6 años, lo que le convierte en un punto de consulta imprescindible si buscas algo que leer de un tema o autor concreto
La jugada de Amazon (no sabemos la cantidad final) consiste en unir su poderosa base de clientes y usuarios de Kindle con el red de recomendarores en marcha que es Goodread, algo que tiene mucho sentido si te pones a pensar que la lectura es un acto social (y siempre lo fue), es decir el que lee comparte y recomienda a otros sus lecturas (y comparte, algo que la estrategia DRM olvidó)
A partir de ahora la red de recomendación y critica de Amazon, de esos contenidos escritos que todavía llamamos libros, pasará a ser la de Goodreads, cuyo problema básico era que precisamente no tenia una salida a ninguna plataforma de libros
La adquisición de Goodreads pone de manifiesto que una libreria (book shop) vale tanto como la cantidad de lectores activos que posea, algo que sabe muy bien Amazon, cuyo toque diferencial desde sus inicios fue la inclusión de su ya famoso "la gente que lee esto también lee.."
Con los libros ha pasado lo que con (prácticamente) todo producto de consumo, nadie comprará sin asesorarse rápidamente por personas/lectores como ellos, algo que puede convertir las librerias con vendedores poco especializados en meros showrooms o puntos de entrega, sin más función que la del almacén
A la vez, las criticas literarias de los medios, que siempre influyeron en la venta previa de los nuevos lanzamientos, pueden ver mermada su capacidad de influir o de informar a una gran mayoria, ya que el cliente prefiere una recomendación o critica de un igual
En fin, el boca a oreja social de cualquier contenido "cultural" al final ocupa el lugar online que siempre tuvo AFK, (re)convirtiendo el libro en una plataforma de relaciones que puede conducir a cualquier producto/cualquier sector
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