La Inteligencia Artificial (AI) es actualmente ese componente que hace casi mágico cualquier sistema y dispositivo, es como una especie de relevo del termino smart que 10 años atrás convertía a cualquier aparato en inteligente simplemente por estar conectado
Las grandes empresas tech saben que efectivamente la AI es lo siguiente (next big thing) y por eso antes de que los políticos la legislen optan por poner en marcha su propia auto-regulación
Eso es exactamente lo que pretendía Google con su Consejo consultivo de externo en tecnología avanzada algo asi como un grupo de expertos ajenos a la empresa que asesorara a Google cuando una innovación en AI planteara algún dilema ético....
Para que veáis del frágil material intelectual de que hablamos, en menos de dos semanas desde el anuncio de la creación del Consejo Consultivo de expertos, la propia Google ha tenido que dar marcha atrás y dejarlo para mejor ocasión en vista de la intra-controversia generada por la composición de dicho comité
En efecto, la semana pasada 2476 empleados de Google publicaron una carta-manifiesto donde se pedía la expulsión de Kay Cole Jones una conocida activista y presidenta de la Fundación Heritage públicamente posicionada en contra del mayor reconocimiento de derechos al colectivo LGTB y emigrantes
La carta de los empleados mostraba la contradicción que supone fichar a Kat Cole como asesora (entre otros) y los propios principios morales de Google como empresa ...
Pero el problema revelado con este caso va mucho más alla y es que ¿deberían los comités consultivos (externos) de las grandes empresas tech reflejar la composición de la sociedad? o por el contrario ¿deberían estar integrados por personas que reflejen los valores de la empresa a la que asesoran?
Google ofrece sus (esplendidos) servicios a una mayoría global de clientes-usuarios de todo tipo de creencias y por eso, salvo en el caso de su salida de China por censura, siempre se ha mantenido en una linea de escrupulosa neutralidad amparado por su meme fundacional "No hagas el mal" (don´t be evil)
El problema para Google y los chicos del oligopolio tech es que los dilemas éticos los carga el diablo, y la humanidad ha avanzado muy poco a poco en estos consensos globales
La paradoja es que a las empresas tech les va a convenir que las regulen los Estados más que ellos mismos, por que echarle la culpa al arbitro es una formula sencilla y probada de eficacia para esquivar dilemas de semejante magnitud como éste de hasta donde podemos avanzar en el uso de la Inteligencia Artificial...
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