Wednesday, October 23, 2019

Se busca rostro amigable: las normas sociales de la robotización


Una de las facetas que me obliga a desarrollar el hecho de escribir en este blog prácticamente a  diario desde hace 14 años es aprender a diferenciar las anécdotas de los acontecimentos transcendentes e incluso de los que inauguran una tendencia

Con la entrada de hoy me pasa eso, fijaos el (curioso) anuncio de una empresa británica de robótica llamada Geomiq que busca una persona que ceda su rostro para el ultimo modelo de humanoide  que van a empezar a producir el año que viene 

El candidato seleccionado recibirá en compensación 100.000 libras esterlinas (unos 128 mil dolares) por ver reproducido su rostro en centenares de máquinas que van a ayudar sobre todo a ancianos 

Es evidente que los robots no industriales (donde se prima más la función que el aspecto) necesitan algo que se asemeje a un rostro humano, ya sea mediante una composición artificial pero que resulte simpática (como el caso del popular Pepper) o recreando muy fielmente una cara humana.
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Lo interesante de esta inusual búsqueda pública de una cara para un robot es lo que le piden al dueño de la cara original: que sea simpática y amigable (kind & friendly)

El proceso de selección de las miles de caras que van a llegar a la sede Geomiq en Londres es saber cual es la norma social que actualmente describe la cara de una persona como amable y amigable, un valor cultural (y comercial) mucho mayor que el propio premio

Los robots de compañía tienen todavía que superar una primera fase de rechazo de las personas a la presencia de una máquina que morfológicamente se parece tan poco a sus usuarios. Por eso la búsqueda de una cara que no de miedo es normal en esta evolución

Que una persona done su rostro para una campaña y se haga muy popular es algo que ya conocemos  (y sobre todo sus efectos), pero ¿que pasara cuando una persona sea la cara de los robots que vemos a nuestro alrededor? con los que además vamos a interactuar..  

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