Cuando escribia mi último libro tenia en mente incluir un capitulo sobre como en el analisis de lo que algunos denominaron capitalismo de la vigilancia estabamos errando el tiro
En el libro finalmente escribi un capitulo titulado La sociedad de los vigilantes; con camara por defecto donde argumentaba que "la paradoja consiste en que el mayor factor de vigilancia y, esta vez sí, control social no lo ejercen los Estados ni las grandes corporaciones, sino los propios ciudadanos"
Mi tesis es que muchos pensaban que el Gran Hermano orweiliano de la vigilancia serian los Estados y las empresas que (aparentemente) hacen dinero sabiendo donde comes, si juegas Among Us o si buscas paraguas en Amazon cuando llueve y sin embargo el mayor riesgo de que nos convirtamos en una sociedad vigilada y cuantificada la tenemos en nuestras manos (smartphones), coches, puertas y un creciente etcetera
En uno de esos efectos cuando la realidad confirma nuestras hipotesis ahora leo que en Jackson, una pequeña ciudad de Mississippi, la policia está pidiendo a los ciudadanos que tienen uno de esos timbres inteligentes (?) con camara que graban quien está en la puerta o quien pasa por su angulo de visión, que comparta con ellos las imagenes en vivo cuando haya sospecha de algun tipo de crimen en la zona
Aunque las organizaciones de derechos civiles como la EFF han puesto de nuevo el grito en el cielo sobre esta delegación de la vigilancia hacia los ciudadanos comunes, el caso es que el propio alcalde de Jackson lo describe como una acción para abaratar los sistemas de vigilancia, ya que evita poner una camara en cada esquina, una especie de subcontratación digital ciudadana a bajo coste
No es que NO me preocupe, pero hace años que hemos puesto, consciente o inconscientemente, la vigilancia de la realidad cotidiana en manos de millones de usuarios con cualquier aparato que tenga camara y conexión (smart) y las door bell son un eslabon más en esta tendencia....
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