Japón es uno de esos paises a los que cito a menudo en esto blog por que ejemplifica algunas de las caracteristicas que esta definiendo este primer tercio de siglo:
un envejecimiento progresivo, (20% de la población mayor de 65), una alta e imparable emigración hacia el corredor industrial de las grandes ciudades (un estrello pasillo que va de Tokyo a Osaka), un sistema económico difícil de entender desde Occidente, con deflación pero con un gran potencial de crecimiento y finalmente un sector tecnológico muy bien posicionado en robótica e Inteligencia Artificial
Las soluciones japonesas se observan en todo el mundo, por que a medida que el pais incrementa su transformación digital con la perdida o sustitución de millones de puestos de trabajo (+16 millones en los próximos 10 años), a la vez esta automatización no alcanza a compensar la perdida neta de población activa, por que se jubilan más rápido que la capacidad que existe de automatizar ese puesto de trabajo
¿Puede un país mantenerse como tercera economía del mundo con solamente el 59% de su población trabajando? La lucha japonesa contra el tiempo incluye no sólo automatizar más deprisa sino reorientar los perfiles laborales actuales para lograr el manejo de herramientas tecnológicas (relativamente) nuevas, junto a una clara orientación al negocio
Es lo que en Japón denominan traductores de negocio un nuevo perfil laboral que es un conocedor de tecnologías que ya parecen de sentido común como la IA y la analitica de datos, pero con un amplio conocimiento del mercado a que se dirigen y de la cultura laboral de las empresas de ese sector, esto último una habilidad/talento clave
Nada de esto asegura la innovación, pero la intuición de que una fuerza laboral orientada hacia este perfil tiene más posibilidades de imaginar hacia donde va el mundo/mercado es quizá la apuesta menos arriesgada hoy en dia que puede realizar un país
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