Como muchos de nosotros tuve mi fase de entusiasmo con la nueva ola de empresas abanderadas de la nueva economía colaborativa, a la que siguió una mirada más crítica y sensata que sin cuestionar lo positivo que trajo se aleja claramente de esa visión inocentona y desmemoriada
Parece ahora evidente (de cajón en el lenguaje popular español) que todas aquellas proclamas del intercambio entre particulares y de extraer valor de bienes poco o nada utilizados iban a acabar desvelándose como una estrategia comercial (hábil por la amnesia social) para crear competidores globales en sectores como el transporte de viajeros y el hospedaje
La ciudad de NY, tan idealista en muchas ocasiones pero tan fulminante con lo que no funciona, acaba de poner en marcha la fase inicial de la Ley Local 18 (adoptada hace un año) que además de obligar a registrarse todos los propietarios de viviendas en alquiler a corto plazo , prohíbe expresamente el alquiler si el dueño no vive en la casa y está presente cuando este se produce
Sin citarlos expresamente pero pocas dudas caben de que a los Airbnb, Booking, VRBO, les cambia por completo las reglas del juego, ya que la citada ley expulsa del mercado a los grandes tenedores de viviendas de alquiler a corto plazo (menos de 30 días), pero también se lo pone muy difícil a muchos pequeños propietarios que realmente completan sus ingresos con estos alquileres
¿Es esto una venganza tardía del tradicional sector hotelero? sinceramente no lo creo, aunque les venga (muy) bien. Más bien hay que considerar los efectos causados en la vida de muchas personas que vivían en el centro de ciudades turísticas y que de repente vieron sus edificios convertidos en hoteles pero sin las infraestructuras de estos
Como tampoco soy tan ingenuo para pensar que la ley se ha apiadado de las molestias a estas personas, detrás de estos cambios legales está sobre todo la carestía y encarecimiento de la vivienda en estas ciudades que realmente está expulsando a parejas jóvenes del centro y periferia de muchas de estas ciudades, convirtiéndose progresivamente en centros comerciales al aire libre, estandarizándolas de facto (lo mismo en todas partes)
Con todo, el problema de fondo es que todavia no sabemos que hacer con las ciudades en el siglo XXI, sabiendo que la tendencia es que se hagan más grandes (lo de la vuelta al campo no ha calado), :
no queremos ciudades industriales, no queremos turismo masivo, no queremos viviendas caras (al comprar, al vender si), ¿pero con qué modelo económicamente viable?
La paradoja es que el modelo de los Airbnb etc que apareció aprovechando el cambio social/cultural y tecnológico de principios de siglo , ahora puede ser devorado por las contradicciones irresueltas de este cambio
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