La critica de libros es un genero literario en si mismo, con muchos ejemplos de como a veces ésta es mejor que el propio libro (tan solo recordar al mismísimo T.S Eliot) , y esto me acaba de pasar con la critica (review) que ha hecho Candice L. Odgers del libro "La generación ansiosa" de Jonathan Haidt
Odgers es una investigadora de la Universidad de California especializada en el desarrollo de los adolescentes y las enfermedades mentales y ha escrito en Nature una critica del citado libro de Haidt que incide sobre la conocida tesis de que en efecto hay relación entre uso de medios sociales en adolescentes y su salud mental
Es esta una de esas afirmaciones fáciles de escuchar y digerir para ese público predispuesto (papas y reguladores en busca de votos) a asumir que los problemas (aparentemente mentales) de sus hijos tienen su origen en esas plataformas de flujo continuo que llamamos medios sociales (las antiguas redes sociales)
En efecto, hay decenas de estadísticas que muestran que los problemas de salud mental de los adolescentes y el uso de medios sociales siguen tendencias (casi) paralelas y ascendentes, pero esto solo demuestra que son factores correlativos y las asociaciones entre ambas, al menos hasta ahora, no han demostrado que el uso de estos medios causen problemas como la depresión o que se pueda predecir esta última por el uso de dichos medios....
Mas bien y siguiendo la sensata argumentación de Odgers los jóvenes que tienen problemas mentales tienden a usar más los medios sociales o al menos de manera diferente que el adolescente medio
Y es que en este mundo pos-social media un efecto duradero es que hay una pista de aterrizaje social perfectamente allanada para que muchos crean la causa más fácil de digerir frente a la complejidad que en realidad rige el mundo y nuestras poliédricas sociedades donde cada vez es mayor el temor a caer en la pobreza y en la soledad (a mi juicio la mayor paradoja de este "mundo conectado")
No creo que de esto se pueda inferir que dejemos barra libre a esas plataformas de ocio que llamamos social media, pero desde luego que las prohibiciones (no al móvil! no a las redes de socialización) en los adolescentes tienen (casi) siempre el efecto contrario (véase la mítica Rebelde sin causa de Nicholas Ray) al deseado
Mi impresión final es que la mayor virtud de estos medios, que recordemos son plataformas publicitarias que demandan atención como la TV en abierto, va a ser el blanqueamiento social de muchas enfermedades mentales que sufrimos y que o bien se ocultaban o se las consideraba rasgos típicos de la adolescencia
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