Hablar de cartas a estas alturas parece un anacronismo de esos que tenemos activados en nuestra mente para no acumular demasiada información y (en teoría) aceptar nueva información más útil y actualizada
Sin embargo, los buzones en nuestras calles y hogares siguen formando parte del paisaje como uno de esos buques varados en la costa sobre los que (casi) nadie se pregunta por que siguen allí. Y es que hay varias y longevas razones:
Los Servicios Postales son una de las asistencias más importantes que prestaban los Estados y un indudable factor de desarrollo del comercio internacional, ya que desde hace 150 años más de 190 países acordaron y aceptaron una estandarización universal de las normas de sus envíos postales (el primer Internet analógico!)
Claro, lo primero ayuda a entender lo segundo: la creación de enormes empresas publicas (state owned) para gestionar el ingente trafico de cartas entre particulares y entre empresas, además de las comunicaciones Estado-ciudadanos (casi siempre obligaciones e impuestos)
De vuelta al 2025 y en efecto escribir una carta se ha convertido en toda una declaración de afecto para el destinatario por la laboriosidad de su creación (sobres, sellos, buzones, escritura manual) y en un agujero presupuestario que algunos Estados ya no quieren sostener
Este es el caso de la pequeña y significativa Dinamarca donde el gobierno ha decidido cerrar el servicio postal (únicamente este) exactamente el 30 de diciembre de este año, comenzando la retirada de buzones en la calle el próximo mes de junio (seguro que terminan en el mercado como objetos decorativos)
No obstante, la alta penetración de Internet entre la población del pais no ha sido la razón, ya que muchos países como los US, España, Portugal o UK tienen una penetración superior también al 95% y sin embargo no se han planteado el cierre del servicio postal, al menos de momento
El caso danés parece claro y nada dramático: el envió de cartas de los daneses disminuyó un 90% en lo que llevamos de este siglo, desde 1500 millones a 110 millones el año pasado!
Esto no significa que ya no se enviaran cartas en Dinamarca sino que el Estado dejara de hacerlo ya que desde el 2024 se liberalizó el servicio (no es exclusivo del Estado) y entraron empresas privadas, creando un mercado que como tal no esta exento de IVA , lo que como era de esperar encareció el envió de cartas hasta casi niveles absurdos (unos 4 US$ por carta)
La empresa publica PostNord sobrevivirá ahora con el envío de paquetería y su servicio postal digital que ese si tiene una alta demanda entre los daneses (95% son clientes), aunque con recortes evidentes de de personal (el 32% de los 4600 empleados)
¿Sera el primero de muchos? pues esa es la cuestión, en un mundo donde Whatsapp tiene 2000 millones de usuarios y Gmail +1800. ¿se puede seguir sosteniendo el envío postal público?. Quizá esto abra un mercado nicho, pero lucrativo, de envíos de cartas como un símbolo de alto valor añadido y que no terminan en la papelera...
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