En este final del 2019 da la sensación de que todo lo interesante está en las plataformas de streaming y la TV convencional ( de pago y en abierto) se ha convertido en una segunda opción cuando no se quiere ver nada en particular (ruido de fondo)
Es curioso pero la impresión es que en la oferta de ocio hay dos mundos paralelos, uno propiciado por el abaratamiento de la tecnologia que (casi) todo el mundo tiene y otro sostenido por leyes que se redactaron para un mundo que ya no existe
Un ejemplo significativo lo tenemos en los US donde la TV por cable más que una opción premium fue durante décadas el único acceso posible para ver los programas que formaban parte de la conversación social (¿has visto?)
El problema es que las grandes compañías de cable ofertaron siempre paquetes de canales cerrados, cuyo coste era alto incluso para el estandar de los US (entre 90 y 100 dolares por mes). Esta normalidad terminó cuando los Netflix, Amazon , Hulu etc comenzaron una oferta basada en todo lo contrario, costes muy reducidos para ver a la carta lo que quieras
Esta situación se ha mantenido 12 años, desde que Netflix empezó su oferta en streaming, pero con un coste cada vez mayor de las empresas de cable que vieron como la caída de suscriptores (el cordcutting) paso a ser norma social, demostrando que las fidelidades empresariales no existen si hay un diferencia tan grande en precio
El primer paso legal para romper la oferta de los cableoperadores se ha producido en el pequeño Estado de Maine que con su Ley de TV a la carta obliga a los cableoperadores a ofrecer individualmente los canales a los clientes sin obligarles a pagar por canales que no ven
La reacción de los grandes del sector (los Comcast y cía) obviamente fue ir a juicio para evitar lo que en para ellos seria el final sin matices, pues más que abaratar el coste para los clientes este aumentaría el doble o incluso el triple
Este argumento junto al derecho que tienen los cableoperadores a seleccionar la oferta dentro de su linea editorial, que esta protegida por la Primera Enmienda de la Constitución de los US, ha llevado a una juez federal a bloquear de momento esta ley la carte de Maine, sin que signifique una victoria para los cableoperadores ya que la propia jueza reconoce que la Lay de Maine no entra en conflicto con la Ley federal...
Cuando un sector se tiene que amparar en un ley para seguir con su modelo de negocio, da toda la impresión que no tiene mucho futuro ya que el comercio (de lo que sea) se basa en la libre elección del consumidor, y el peaje por ver TV se ha prolongado durante demasiado tiempo...
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