Hace más que muchos que me olvide por completo del festival de Eurovisión (eurovision song contest) el concurso de canciones paneuropeo que crearon las televisiones publicas europeas a mediados de los 50´s para estimular el consumo del por entonces nuevo medio y dar una cierta (e ingenua) imagen de unidad cultural europea (que realmente ni existió ni existirá)
Pero este año 2022 saltó a mi focalizada atención el personaje de la concursante española, Chanel Terrero, una hispano-cubana que además de lograr un reseñable tercer puesto teniendo en cuenta que hay 40 paises, me obligó a hacer una reflexión sobre la generación que representa (tiene 31 años) y los prejuicios y etiquetas que como toda generación lleva asociado
La cultura instant que poco a poco fueron fraguando los usuarios de Internet (la tecnología es neutra no hay nada en ella que nos obligue a saltar pasos intermedios) dirige a no pocos hacia una forma de pensamiento que consiste en que los logros se pueden conseguir sin pasos intermedios (esfuerzo y disciplina son ahora conceptos políticamente incorrectos)
Chanel es un ejemplo, presumo que como muchos, que la generación que se educó con Instagram no se ha creído que los logros se consiguen a la velocidad con que se sube una foto o un video a Instagram, algo que antes enseñaba el circulo social-familiar de cada individuo y seguramente el sistema educativo
Al final y como siempre los procesos son lo que son y la tecnología aunque aparentemente transmite un mensaje cultural (más rápido, menos mediaciones, menos esfuerzo) en realidad es un medio, una herramienta que los individuos que la usan llenan de significado
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