Escuchando esta mañana a Sanchez Tabernero hablar de la calidad y la excelencia en el mercado de la comunicación vi en mi Twitter una de las noticias más esperadas de los últimos 3 años:
Steve Ballmer CEO de Microsoft dejará su puesto durante los próximos 12 meses, generándose una reacción positiva en el mercado que revalorizó sus acciones entorno a los 1000 millones de dolares
Microsoft representa una de las historias más paradigmáticas de la etapa más reciente de la tecnología y del nuevo mundo de los negocios. Para un usuario no especializado, Microsoft significó la posibilidad de sacarle a un provecho a un PC y sobre todo, de no preocuparse de eso que corre por debajo de las aplicaciones o SO
PC y Windows fueron términos sinónimos al menos durante más de una década, y además cualquier alternativa ya sea de soft no propietario (Linux) o propietario (Mac) parecía más que lejana, cuando no extravagante
Lo que no podía imaginar (casi) nadie era que la siguiente ola de la computación partiera de la telefonía móvil y no de los propios PC. El lanzamiento del iPhone (2007) y la posterior estrategia iOS como plataforma y sobre todo el desarrollo de Android en el 2008 (soft libre gratuito para OEM´s) situó a Microsoft en la incomoda posición de ser el rey de una plataforma destinada a ser devorada por la convergencia
Con todo, creo que lo más importante de todo es que Microsoft, en la era de Ballmer se convirtió para los nuevos usuarios de la computación en un símbolo del pasado, o de IT corporativas cerradas en si mismas y con poca capacidad de evolucionar y de encantar a los nuevos clientes
A principios de este año, cuando el propio Bill Gates, ex CEO y fundador de Microsoft, y todavía primer accionista, declaró que la estrategia de movilidad de la empresa era claramente un error, me di cuenta que los días de Steve Ballmer estaban contados, ante el clamor de los datos de un Windows como SO irrelevante en el vital mercado de los smartphones (3,3% cuota mercado mundial Q2 13)
Ahora, el relevo necesario de Steve Ballmer debería significar el retiro voluntario de su partner europeo Stephen Elop, CEO de Nokia y responsable de la debacle de la empresa más importante de Europa con Airbus, por haber firmado aquel acuerdo de feb del 2011, que entregó la joya de la corona de los OEM a una Microsoft sin nada que ofrecer en el mercado de la movilidad
Hoy, los 99 mil empleados de Microsoft en todo el mundo, no sabemos si tienen el futuro asegurado, pero al menos tenemos la certeza de que la empresa dejó de caminar en dirección contraria al sentir del mercado.
No es un epitafio sino una llamada de atención sobre la necesidad que tenemos de un tercer player creíble frente un Google y un Apple que lo son todo en un mercado que esta marcando la manera en que vamos a vivir (todos) los próximos años
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