Cuando compramos una máquina o dispositivo de cualquier tipo (desde una moto a un smartphone) somos conscientes de que el uso desgasta los componentes, que los accidentes rompen los materiales e incluso que el software de muchos aparatos se puede degradar y no cumplir su función
Esta enseñanza de primera infancia sobre que las cosas que se estropean se pueden (y a veces se deben) arreglar no obstante se enfrenta a una realidad bastante más compleja sobre todo en los dispositivos electrónicos que acompañan nuestra atareada vida
Por ejemplo, los fabricantes (OEM) de smartphones en general son bastante remisos a permitir a cualquiera reparar sus aparatos ya sea el usuario mismo o un taller indie
Los impedimentos que solemos encontrar para reparar un móvil que todavía es útil o esta en buen estado suelen ser de dos tipos:
si reparamos el móvil en una tienda "no oficial" nos arriesgamos a que nos metan piezas fabricadas por terceros y segundo, las reparaciones en el software chocan con la paradoja de que aunque seas dueño del aparato, el fabricante tiene el copyright sobre el soft y por tanto, solo te cede una licencia de uso no de reparación
En los USA un pais donde hay 237 millones de usuarios de smartphones y donde el iPhone es lider con una (increible) cuota de mercado del 44%, tanto consumidores como legisladores empiezan a ser conscientes de que se ha ido demasiado lejos en el hábito de usar y tirar dispositivos o pagar caras reparaciones solo en las tiendas oficiales
Por eso Estado tras Estado se comienza a legislar el "derecho a reparar" como una garantía fundamental del comprador de cualquier aparato electrónico, lo que incluye sobre todo el derecho que tiene cualquiera a llevar su móvil (etc) al taller que quiera y que este además pueda acceder a piezas "oficiales" y que el propio usuario pueda hacerlo sin violar ninguna ley de copyright
Desde que el Estado de Nebraska el año pasado introdujo este derecho a reparar sabemos que a los fabricantes NO les hace mucha gracia liberalizar este mercado ya que aleja clientes de sus stores y segundo, extiende el ciclo de renovación del aparato, restando ventas potenciales de aparatos nuevos
Desde una perspectiva del negocio a corto, en efecto parece que este derecho va a mermar ventas de nuevos aparatos e ingresos de las tiendas oficiales de reparación, sin embargo creo que a medio/largo plazo esto beneficia a unos fabricantes que saben que el crecimiento de su mercado tiene limites y que es poco probable que sigamos gastándonos 700 dolares cada 18 meses en un smartphone de manera indefinida
El derecho a la reparación nos recuerda además que todos los aparatos electrónicos anteriores al smartphone, se llevaban con toda normalidad al taller de barrio o se arreglaban en casa si era algo simple (una batería o reinstalar el SO) y que el mercado NO sufrió ningún colapso, ya que la gente tiene sentido común y sabe cuando algo merece la pena arreglarlo..
Desde que el Estado de Nebraska el año pasado introdujo este derecho a reparar sabemos que a los fabricantes NO les hace mucha gracia liberalizar este mercado ya que aleja clientes de sus stores y segundo, extiende el ciclo de renovación del aparato, restando ventas potenciales de aparatos nuevos
Desde una perspectiva del negocio a corto, en efecto parece que este derecho va a mermar ventas de nuevos aparatos e ingresos de las tiendas oficiales de reparación, sin embargo creo que a medio/largo plazo esto beneficia a unos fabricantes que saben que el crecimiento de su mercado tiene limites y que es poco probable que sigamos gastándonos 700 dolares cada 18 meses en un smartphone de manera indefinida
El derecho a la reparación nos recuerda además que todos los aparatos electrónicos anteriores al smartphone, se llevaban con toda normalidad al taller de barrio o se arreglaban en casa si era algo simple (una batería o reinstalar el SO) y que el mercado NO sufrió ningún colapso, ya que la gente tiene sentido común y sabe cuando algo merece la pena arreglarlo..
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