Soy de esa generación que de niños coleccionaba cromos de fútbol como una forma de estar en contacto con la corriente cultural principal (en España no hay otra que el fútbol) y como actividad de expansión de las redes sociales de amistad por medio de los intercambios (lo tienes?)
Lo sorprendente es que esta descripción sigue funcionando para estas generaciones que ahora bordean la adolescencia y cuyo icono representativo es la radical integración en su vida del smartphone o móvil-centrismo
Los cromos (cards) son el segundo juguete más vendido en España cuando comienza cada temporada de la liga futbol (agosto/septiembre) con la histórica marca Panini como editora de los lanzamientos más exitosos
Esta tendencia de consumo sostenida la he visto en varias ciudades cuando viajo por trabajo, chavales reunidos en la puerta de un comercio que vende cromos para intercambiar/vender/mantenerse en contacto con otros como ellos (peers)
Quizá este es un hábito de consumo que NO debería haber sobrevivido a la digitalización, en una etapa donde un smartphone de 5 pulgadas y 295 ppi cuesta menos de 140 dolares
Pero poco a poco esta era digital, como la llaman algunos, nos va mostrando tendencias que suponen un contrapunto a la plena desintegración en bits de todo. El libro sobre papel es quizá el ejemplo más repetido de esta supuesta supervivencia, pero los cromos teniendo en cuenta la juventud de su publico principal es un fenómeno igual de interesante
La oferta de cromos, aunque cambió algo el modelo de distribución, sigue siendo igual que hace 4 décadas, sobres en puntos de venta para completar un album, con el objetivo personal de completar el facebook de una temporada entera y (sospecho) hacerlo antes que la mayoría
Como veis aqui él factor de éxito no es el multimedia, ni la interactividad de estos cromos 2D, al menos como la entendemos ahora. Lo que nos recuerda que los nichos más rentables vendrán de contrapuntos a la oferta digital
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