La digitalización hace tiempo que transcendió mucho más allá de los sistemas tecnológicos y penetró en la Cultura, con la valoración de todo lo que es (o tiende a ser) rápido, simple, modular y compatible
En este contexto y estudiando solo un poco como ha sido la historia estos últimos 2000 años, nos damos cuenta que todo lo que ofrezca una alternativa a esta tecno-cultura (el contrapunto) será negocio, no necesariamente masivo, pero si contará con un nicho confortablemente grande
Por ahí apunta IKEA (el Disney de las experiencias indoor) cuando ofrece durante una semana una sala de lectura a sus clientes en su sede de Wembley en London Town (silver rain was falling down), donde podrán acceder a una lista de libros seleccionados por Man Booker
Las campañas de incitación a la lectura NO son ni nuevas ni originales, aunque el concepto IKEA de espacio de lectura esta vez toca con la epidermis de una sociedad enganchada a dispositivos digitales que reclaman la atención de sus usuarios y genera datos personales ya sea directa o indirectamente con técnicas probabilísticas
La propuesta de IKEA, que será difícil NO replicar fuera de las islas británicas, permite a los clientes que se registren disfrutar de 1 hora de lectura alejados del ruido nano-mediático y si lo desean llevarse el libro (gratis) a su casa, favoreciendo la lectura como formula anti-stress como sugieren algunos estudios recientes
Es evidente que IKEA armará estos espacios de lectura con sus propios muebles (sería estúpido NO hacerlo) pero la propuesta wellness de actividades introspectivas y donde el social sharing no se presenta en tiempo real sino como capas de cultura en los individuos, demuestra que hay ya un efecto pendular en marcha detectado no se sí por muchos, pero si por los que están pendientes de todo movimiento socio-cultural
El punto de equilibrio que todavía no alcanzamos consiste en aprovechar las indudables y extra-ordinarias ventajas (casi mágicas) de las tecnologías digitales y continuar con las formas de relación social y cultural que han demostrado su idoneidad estos últimos 2 milenios para formar individuos conscientes no tweet-dependientes...
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