Tuesday, June 29, 2021

Jornada laboral comprimida: ni ideal ni para todos pero hay que innovar

La reducción de horas de trabajo es una de esas reivindicaciones que llevan dando vueltas en todo tipo de instancias desde hace +160 años, y aunque a priori parece una de esas propuestas que generan un  consenso completo (¿Quién se va a oponer?) , lo cierto es que a la hora de aplicarlo no todo son ventajas 

Vayámonos un poco hacia atrás para comprender de donde venimos y (quizá) porqué. Ford instauró en 1926 la jornada laboral de 40 horas a la semana, por una razón muy pragmática (american way):

 como el día tiene 24 horas es muy fácil trocearlo en jornadas de 8 horas, lo que permitió no exigir más a cada trabajador y, tal como la compañía de Henry Ford comprobó, aumentar la productividad (se produce más con los mismos)

Un salto adelante de casi un siglo hacia esta etapa que muchos llaman era digital (salvo Marc Andreessen nadie ha explicado bien por que) y retomamos el dilema de si trabajar menos horas, pero trabajando más y mejor (en efecto, aumentando la productividad) es la panacea o el inminente estadio de un wellbeing que obviamente nunca termina de completarse (por que sino no seria wellbeing)

Las propuestas de jornadas laborales de 5 horas diarias van esa dirección , pero ahora en vez de ir acompañas con el adjetivo reducido ahora viene con el de jornada comprimida, matiz importante por que reducir significa que quepa lo mismo en menos espacio

Algunos autores defienden esta jornada de 5 horas no solo por el tiempo libre que deja sino porque la productividad de un trabajador medio se concentra en ese tiempo ( o sea que más de 5 horas nadie trabaja igual)

El problema es que condensar la jornada obliga a fijar tasas de productividad más altas férreamente atadas al tiempo para realizar cada una, de modo que no caben distracciones ni digresiones de ningún tipo (no hay water cooler ?) lo que a corto plazo, aparentemente tiene repercusiones en la cultura de equipo y  las relaciones entre personas de una compañía como comprobó la consultora alemana Rheingans 

Por otra parte, y en una conclusión muy siglo XXI, en efecto la jornada condensada no es universalmente aplicable por que todos los trabajos NO requieren el mismo nivel de concentración, tal como afirma el profesor de la Universidad de Oxford  De Neve y que pasa por ser una de los apologetas de la jornada comprimida 

O sea aparentemente nos dirigimos a una cultura laboral donde NO habrá dos jornadas de trabajo iguales, dependiendo de la tarea de cada empleado y del sector en que trabaja y por supuesto de la estrategia laboral adoptada en la gestión de cada empresa 

Lo cierto es que 100 años después del hito de las 40 horas de Ford existe una necesidad de innovar no solo en la forma en que trabajamos, sino en el tiempo que empleamos, teniendo en cuenta que se trata de dar lo mejor de cada trabajador no una dosificación pactada de su esfuerzo...


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