Reducir sesgo en los algoritmos: la felicidad de no ocuparse y el nivel macro

Leo con atención  el reciente artículo  de Heimans & Timms sobre lo que ellos llaman Autosapiens, sistemas de IA que aprenden ellos solos y llegan a tomar autónomamente decisiones que antes necesitaban (al menos) supervisión humana 

No es que sea nuevo el planteamiento, llevamos pensando en sistemas de este tipo desde Alan Turing, pero el (realmente) impactante avance en los sistemas de aprendizaje automático (deep learning) nos acerca a nuevos escenarios a nivel micro (nuevos competidores en la prestación de servicios al usuario) pero también macro (gestión de empresas y gobierno de países/ciudades/regiones)

Y este último punto me parece hoy muy relevante, casi tanto como para enunciar un principio: 

cuanto peor lo hagan nuestros politicos y mas se les vea el plumero de sus intereses personales y prejuicios y cuanto más mejoremos la formulación de los algoritmos que rigen los sistemas de IA, más dispuesta estará la gente común y corriente (people like us) a dejar que los sistemas de IA decidan 

Esta idea no es nada peregrina y ya la enunciaba el profesor Sam Lehman precisando además que ademas la gente estará feliz de que nos gobiernen estos algoritmos perfeccionados (menos sesgos) , simplemente por que meten menos la pata que los agentes humanos que llámanos políticos 

Ciertamente la complejidad de los problemas del nivel macro, globalización si o no y cual, que política energética, sanitaria, laboral,migratoria, y así todo....abonará un deseo que siempre ha estado ahí de que otros solucionen estos dilemas, la cuestión ahora es que si los sistemas de IA cruzan la frontera inédita de pasar de herramientas a agentes , entonces ahora tenemos otra alternativa que elegir a tal o cual gestor/político 

Hablar de escapismo en nuestras sociedades es hablar de la historia de la humanidad, incluyendo esa gran externalidad positiva que denominamos Industria del Entretenimiento (Industrias culturales le llamaban algunos) cuyo modelo de negocio se basó siempre en la necesidad de olvidarse por un tiempo (no necesariamente corto) de esa otra realidad que llamamos vida cotidiana 

Sustituir a ese político odioso o ese gestor empresarial inútil por un algoritmo efectivamente parece uno de esos casos de justicia poética o una venganza que cada vez parece más al alcance de muchos. Pero tampoco me cabe duda de que este escenario algorítmicamente centralizado no será tampoco un mundo feliz o exento de fricciones 

Lo paradójico es que la amenaza que veo a medio plazo no vendrá de una tecnología cada vez sea mejor , sino que los que nos gobiernan en todas las instituciones cada vez lo hagan peor...