Toda modernidad incluye una serie de hábitos y ritos que se consideran de obligado cumplimiento, ya que lo contrario desafia ese sentimiento compartido de lo que se considera moderno o cool o simplemente de tu tiempo (zeitgeist)
Las app´s de pedido de comida a domicilio son parte imprescindible de esas 80 app´s que solemos tener instaladas de media en nuestro móvil (si no tiene app no es móvil simplemente es teléfono), y representan además un modelo de negocio muy Internet:
plataformas que aumentan el alcance (reach) de muchos pequeños negocios y que convierten a estos en proveedores de su servicio, eliminando el paso intermedio (fricción) entre el cliente y el negocio
el problema de este modelo de negocio en esta etapa de software que se come el mundo es que el intermediador se convierte en la interfaz de contacto con el cliente de modo que el valor percibido por éste bascula hacia la plataforma
Sin que sea casualidad, en California (US), cuna de una contracultura nunca del todo enterrada y sede del modelo industrial más exitoso de este siglo, es donde estamos empezando a ver pequeños movimientos coordinados de personas que precisamente en esta etapa de pandemia se saltan al intermediador (la app de delivery) y piden directamemte al comercio local
En los US, muchas app´s de entrega de comida a domicilio cobran una comisión de entre el 15 y el 30% por cada pedido lo que limita mucho el margen que queda al restaurante o al pequeño negocio de barrio
La pregunta (lógica) que sigue es ¿por que siguen admitiendo pedidos a traves de app de terceros? pues por que muchos se encuentran entre esa espada y pared que consiste en que con pocos pedidos directos ganan más por pedido pero no sobreviven y con más pedidos (via app) ganan casi nada pero generan un cierto flujo de caja
La nueva des-intermediación via la mismisima Bay Area de San Francisco consiste por tanto en apoyar al comercio de barrio comprando directamente en ellos y tratando de evitar el reflejo (no se si condicionado) de tocar la app del móvil y confirmar
Como nunca he creido en las bondades ni maldades absolutas ni claramente situadas, las app de delivery se encontraron al surgir con cientos de pequeños negocios que minusvaloraron el cambio de hábito digital y siguieron confiando en llenar las mesas del salon y los pedidos por teléfono
Muchos resturantes y panaderias locales recurren ahora a herramientas como Squarespace para tener una web acorde con su siglo y medios de pago (super) simples como Venmo en un reconocimiento de que o se lo ponen facil al cliente o su fidelidad no llegara hasta el final de la pandemia
La pregunta (lógica) que sigue es ¿por que siguen admitiendo pedidos a traves de app de terceros? pues por que muchos se encuentran entre esa espada y pared que consiste en que con pocos pedidos directos ganan más por pedido pero no sobreviven y con más pedidos (via app) ganan casi nada pero generan un cierto flujo de caja
La nueva des-intermediación via la mismisima Bay Area de San Francisco consiste por tanto en apoyar al comercio de barrio comprando directamente en ellos y tratando de evitar el reflejo (no se si condicionado) de tocar la app del móvil y confirmar
Como nunca he creido en las bondades ni maldades absolutas ni claramente situadas, las app de delivery se encontraron al surgir con cientos de pequeños negocios que minusvaloraron el cambio de hábito digital y siguieron confiando en llenar las mesas del salon y los pedidos por teléfono
Muchos resturantes y panaderias locales recurren ahora a herramientas como Squarespace para tener una web acorde con su siglo y medios de pago (super) simples como Venmo en un reconocimiento de que o se lo ponen facil al cliente o su fidelidad no llegara hasta el final de la pandemia
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