Internet, casi 30 años después de convertirme en usuario, me sigue enfrentando a un viejo e irresoluble problema: hay muchas/demasiadas cosas buenas e interesantes, pero (casi) todos tendenmos a dedicarle más tiempo a lo último, por que la novedad (casi) siempre va asociada a una mente inquieta
En este espíritu (no se high o low) hoy volví a los ensayos de Paul Graham escritos a principios de este siglo (la era pre-TikTok para la generación Alpha) y en concreto a este titulado "El poder de lo marginal", entiendo que muchas veces citado pero cuyas joyas nada ocultas siguen teniendo una extraordinaria vigencia
A propósito de como saber si un determinado campo de estudio es serio o una mera charla de café (aka eslóganes políticamente correctos pero perfectamente formateados para los que evalúan) Graham escribía:
Una forma de saber si un campo tiene estándares consistentes es el grado de superposición entre los principales profesionales y las personas que enseñan el tema en las universidades
En un extremo de la escala tienes campos como las matemáticas y la física, donde casi todos los profesores se encuentran entre los mejores. En el medio están la medicina, el derecho, la historia, la arquitectura y la informática, donde hay muchas superposiciones entre profesionales y docentes
Al final del todo están los negocios, la literatura y las artes visuales, donde casi no hay superposición entre los profesores y los principales practicantes. Lo que es el origen de dichos populares como "los que no saben hacer, enseñan"
Como veis antes de esta ola/etapa actual radicalmente binaria de moderación aceptante o insulto personal en las todavía llamadas redes sociales, existía una critica mordaz con la que necesariamente no había que comulgar al 100% pero que alteraba el status quo
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