La alternativa sueca frente a la digitalización acrítica: de momento volvemos al papel

Desde que se publicó el mes pasado los resultados del último estudio PIRLS, informe internacional que mide la comprensión lectora de los alumnos de 4º de primaria (entre 8 y 9 años), llevaba pensando como escribir una entrada que añadiera alguna perspectiva ausente de demagogia

Sin grandes variaciones respecto a estudios anteriores, lo más llamativo está fuera del estudio, precisamente la nueva orientación de la educación primaria en Suecia hacia la lectura en papel de libros de texto y la relegación de las pantallas conectadas 

A estas alturas parece una distopia que un país decida (no se si) dar marcha tras y ofrecer un libro de texto por asignatura y alumno, una medida que le va a costar a los pagadores de impuestos unos 60 millones de euros (65 millones dólares) este año y un poco menos los proximos 2 años (sobre 44 millones de euros)

Suecia no es de esa clase de países  caracterizados por cambios bruscos en las políticas que afectan al largo plazo. ¿Entonces que ha pasado para que la ministra de educación, Lotta Edholm, decida echar el freno con lo que ella denomina la actitud acrítica hacia la digitalización, que considera positivo todo lo que sea digital por el simple hecho de serlo ?

Pues aparentemente una de las razones ha sido la caída de los chavales suecos en el ranking citado de comprensión lectora, concretamente un 2% de retroceso que aunque les sigue situando como el 8º país del mundo en comprensión lectora en primaria es una caída significativa

Sin perderse en pre-juicios de la orientación del gobierno sueco, lo cierto es que la primera vez que un país de los considerados serios y de los más competitivos del mundo, toma esta medida políticamente incorrecta en este mundo donde oponerse a la tecnología es ya tabú, algo que llevo sospechando hace años y que no favorece en nada la difusión tecnológica (que además yo promuevo desde este blog) 

Siempre he pensado como docente que el soporte no determina lo que se aprende ni como, sino los objetivos pedagógicos (a donde quieres llegar). O sea, se puede terminar siendo una analfabeto funcional con las ultimas tecnologías disponibles pero también con los mejores libros (en papel) del mundo 

Por eso, la medida de Suecia me parece una llamada de atención más que un corte en el el proceso de digitalización de las aulas y de (casi) todo. No obstante lo más interesante será que impacto va a tener esta medida en los estudios sucesivos por que ahí estara (parte) de la clave