Hay una enorme diferencia entre la actitud de los US y Europa a la hora de como abordar una problemática social (o sea que incumbe a la mayoría): los estadounidenses siguen teniendo un (sano) recelo a las soluciones regulatorias top-down que vienen del Estado
No es que los europeos seamos unos ingenuos que nos fiamos de los gobiernos (más bien todo lo contrario!) sino que tendemos a pensar que el Estado es el arbitro menos malo
En esta problemática moderna (en realidad cíclica) sobre la credibilidad de las noticias expandidas por los medios en la red, los ciudadanos de los US tienen claro que es mejor que el Estado NO intervenga, ya que valoran más la libertad de acceso a la información que la supuesta seguridad que les ofrece el Estado
En un reciente estudio se manifiesta además que en los US la gente es más favorable a que las empresas tecnológicas hagan algo para limitar las noticias falsas que el Estado (un 56% a favor) lo que demuestra claramente de quien se fían más!
Y todo esto en un país donde desde la elección del presidente Trump no han parado de aparecer revelaciones sobre la conexión rusa y las tristemente famosas filtraciones de datos personales de la (hasta ahora) todopoderosa Facebook
Un dato interesante es que parece que hay un divisoria generacional en todo lo referente a poner barreras legales o técnicas para que las noticias falsas no circulen. El grupo de edad que más se opone a cualquier acción, ya sea del Gobierno o de las propias empresas, es el de los 18 a 29 años, o sea la generación que más ha convivido con Internet
Por el contrario cuanto más edad, más favorables a que se haga algo en contra de las posverdades digitales, especialmente las empresas que son soporte de estas desinformaciones. Es posible que las generaciones más Internet consideren este fenómeno como un costo asumible por acceder al mayor flujo de comunicación de la historia
Por último y como era de esperar hay otra regla que se cumple inexorablemente: cuando más educación se pide menos intervención y viceversa, las personas con menos recursos educativos (los que se quedaron en la secundaria o no llegaron) piden más regulación, venga de donde venga
Afortunadamente volvemos a encontrar un valor: que la educación es el antídoto para NO caer en la tentación de dejarse re-crear un mundo que NO existe!
Toda la sociedad tiene LA responsabilidad de hacerle la vida más difícil al que difunde mentiras, pero cada uno debe especializarse en lo que mejor puede (no sabe) hacer:
el Estado debe educar y las compañías privadas (no solo tech) tienen que ponerse manos a la obra con sus algoritmos
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