Catorce años parecen mucho en el mercado de la electrónica de consumo, pero no es (casi) nada para convertir una empresa emergente china en un campeón global con valor de marca reconocido, y bueno esta es la historia resumida de Xiaomi
En el negocio de la venta de smartphones desde el 2011 , como uno mas de las decenas de OEM´s chinos con versiones personalizadas de Android, su versatilidad para averiguar cual era el precio adecuado (léase que están dispuestos a pagar) de estos dispositivos universales para una minoría nada minoritaria que no identificaba smartphone con iPhone, un fenómeno muy norteamericano, le propulsaron como una marca global
Hasta aquí la parte más divulgada de la historia pero lo que me llama la atención es porque Xiaomi se convierte en OEM de coches eléctricos (EV) y las lecciones y/o consecuencias que este movimiento estratégico nos deja
El detonante más probable fue la sanción que le impuso el entonces gobierno estadounidense en el 2021 lo que obligó a Xiaomi a buscar alternativas a su negocio principal y una de ellas en efecto fue entrar en el naciente pero extremadamente complejo mercado de los coches eléctricos
Realmente no recuerdo muchos precedentes y en cualquier caso el ejemplo de Apple intentando lo mismo no parece que llevara a ninguna parte, pero sin embargo las ventas iniciales de Xiaomi de sus EV da toda la impresión no solo de que es una nueva unidad de negocio sino que puede repetir el efecto de innovación disruptiva (según la estricta definición de Christensen) que lograron con sus móviles
Aunque los datos de ventas no me suelen impresionar por que pueden indicar solamente un efecto anecdótico o una coyuntura momentánea, los preventas del modelo YU7 de Xiaomi son tan llamativas que reiteran algunas tendencias y lecciones que desde Occidente deberíamos haber aprendido:
lo primero, apostar el todo en la automoción hacia los eléctricos significa aceptar el liderazgo chino en esta primera mitad del siglo tal como aceptamos el liderazgo de los US en ese mercado en el siglo XX, incluso pensando en barreras tarifarias que encarezcan el producto, ya que como sabemos estas medidas siempre son transitorias y más que sanear el mercado lo distorsiona
Segundo, cuando presionas a una empresa que facturaba 50.000 millones US (en el año 2021) te pueden pasar dos cosas: una que esta desaparezca en el sumidero de la historia industrial o dos, que se expanda horizontalmente a otro sector, apoyándose además en la colosal escala del mercado chino (exactamente igual que los US en el periodo de entreguerras)
Tercero, el mercado de los eléctricos (EV) se parece bastante al del principios del siglo XX cuando había centenares de pequeños fabricantes (sobre todo en los US) que fueron despareciendo hasta consolidar un oligopolio de facto
El peligro para la industria automovilística occidental no son los BYD o Xiaomi, sino la constatación de que los nuevos competidores pueden venir de cualquier sector con estrategias arriesgadas y precios ajustados a demanda