La decisión de Meta, propietaria de Facebook, Instagram y Whatsapp, de abandonar el programa de verificación de contenido (fact- checking) en los US no es ni insólita, ni carece de precedentes ni tampoco personalmente me ha extrañado (casi) nada
Que Meta ha tomado esta decisión días antes de que el tándem Trump-Musk tome posesión no es casual ni tampoco extraño: No recuerdo ninguna etapa en ningún país donde un cambio brusco de orientación no altere la estrategia de las grandes empresas de cualquier sector
Al igual que los vientos del 2016, cuando la inesperada victoria de Trump sobre Hillary, permitieron a Meta presentarse como un aval de lo que se consideraba (por entonces) correcto, introduciendo la figura del arbitraje de lo que se publicaba en sus plataformas, en este 2025 los vientos aconsejan mandar al fact-checker al paro y adoptar ese viejo modelo que el propio Joel Kaplan llama notas de la comunidad
En esencia, estas notas de la comunidad significa que Meta dejara de decidir que se publica o mejor dicho de señalar como inconveniente, fake y todos los etcéteras posmodernos¡, en favor de un grupo de voluntarios (el plazo esta abierto !) que señale si una información necesita más contexto o si es interesante para determinado perfil de lectores, citando explícitamente el modelo adoptado por X desde que Musk adquirió este medio, con mucho éxito social pero escaso económico
Una explicación de porque el modelo comunitario de la primera Internet se fue paulatinamente a la porra, requeriría mucho más espacio que este post, pero quiero recordar que una cosa es que todo el mundo tenga una opinión y otra cosa son las estrategias para conformar una visión mayoritaria del mundo y lo que en el ocurre, algo tan viejo como el propio mundo y que las gotas de infantilismo de algunos emprendedores del mítico valle de San Francisco olvidaron o desconocían (no existían por entonces los resúmenes automáticos de libros)
Estoy convencido que Facebook nunca quiso ser un medio pero se encontró con que sus users le dieron ese rol y no le quedó más remedio que asumir ese papel que le metía en el conocido campo de minas de la opinión publica y los que viven de ella, o sea algo poco conveniente para una empresa cuyos ingresos vienen de la publicidad en todos los países donde opera
¿Se viene el caos sin el fact-cheking de Meta? pues tampoco es probable tal como hemos visto en X. Lo que si puede y debe venir es que se abra el mercado a otras plataformas y que cada cual elija con que fustigarse o recompensarse, y cuyo modelo tenemos muy bien estudiado con los medios del siglo XX